Estoy convencido de que a lo largo de tu carrera laboral te has enfrentado a jornadas de trabajo eternas. Jornadas en las que tú mismo has sido consciente que no estabas rindiendo como deberías. Ya sea por falta de organización, cansancio, procrastinación, falta de concentración…
¿Eres realmente productivo?
Gracias a las nuevas generaciones, el concepto de jornada laboral de principio a fin está quedándose obsoleto. Cada vez son más las empresas que apuestan por un concepto de jornada laboral basada en la productividad. Esto hace que las horas que estás sentado frente al ordenador pasen a un segundo plano.
Mejorar tu productividad sí que significa trabajar más, pero no más horas. Si quieres aprender cuál es el truco sigue nuestros sencillos consejos. Enseña a tus trabajadores a rendir más, trabajando menos. Total, si a Google le funciona ¿por qué no te iba a funcionar a ti?
1. Se organizado
Ya nos lo decían en el colegio, si quieres llevar los deberes al día, lo primero es ser organizado. Pues lo mismo es en el trabajo.
Si quieres ser realmente productivo, lo más básico es llevar una lista de cosas, bien anotadas, de lo que deberás hacer en tu día te permitirá establecer objetivos y prioridades. Por tanto, hacerte con una agenda puede ser mucho mejor idea de lo que crees. No confíes tanto en tu memoria, y sé previsor anotándote las tareas. Puede que de las importantes no te olvides nunca, pero sí de las pequeñas tareas diarias que acabamos procrastinando. Revisa la lista todos los días, y decide tú cuáles son las más importantes, o las que más te urge cumplir.
2. Concéntrate
Sé sincero ¿cuánto tiempo pierdes en la oficina hablando con tus compañeros, en la máquina del café, mirando el móvil o en redes sociales? Si todo ese tiempo que pierdes en distracciones, lo invirtieses trabajando, estamos convencidos de que podrías salir una hora antes de tu oficina y hacer lo que realmente te dé la gana hacer. Aquí es donde se halla la clave de «ser más productivo, trabajando menos tiempo»
Aprende a gestionar tu tiempo en la oficina, prográmate un par de descansos en los que te de tiempo a tomar un café con los compañeros, y atender el móvil de manera personal. Concentra todas esas distracciones en un tiempo estimado, y el resto inviértelo en trabajar.
Prioriza la calidad de las horas, frente a la cantidad. Numerosos estudios han demostrado que tomarte pequeños descansos cada 2 horas, mejora altamente tu productividad.
De igual manera, ten en cuenta que centrarse en muchas cosas a la vez puede ser muy improductivo, por tanto, centra toda tu atención en una cosa, acabala y ya tendrás tiempo de comenzar la siguiente.
3. Cuídate
De nada sirve que tengas todas tus tareas al día, y trates de apartar todas tus distracciones si no acudes al trabajo descansado. No queremos sonar a tu madre, pero es básico descansar un mínimo de siete horas diarias. Un descanso adecuado, te permitirá enfocarte mucho mejor en tus tareas.
Al igual que dormir bien, es necesario que te alimentes, hidrates y cuides adecuadamente. Ya vimos como la práctica de ejercicio podía repercutir muy positivamente en tu jornada laboral.
4. Analízate
Es muy importante recurrir a un análisis semanal, diario, mensual, o como tú prefieras para conocer si realmente estás siendo productivo. Esto te permitirá comprobar si has cumplido con las tareas que tenías establecidas. Esto te permitirá conocer en qué te ha ido bien, en qué has fracasado, qué no te ha dado tiempo terminar, y pararte a pensar en los porqués.
5. Delega
Ya vimos detenidamente lo importante que puede llegar a ser el hecho de aprender a delegar tareas sobre otra persona en este artículo. Dejarte ayudar es muy importante, y estamos seguros de que en tu equipo hay compañeros que podrían ayudarte con muchas tareas, e incluso hacerlas mejor. Recuerda que la persona sobre quién delegas no es un clon tuyo, hará las cosas a su manera, por ello es muy importante explicarle bien en qué consiste la tarea, qué nivel de autonomía tendrá y qué objetivos queremos alcanzar.