Dar un discurso frente a un grupo de personas nunca es fácil. Seguro que a más de uno la simple idea de pensarlo ya le pone nervioso. En una conferencia, una reunión de trabajo, en un evento de networking, o incluso en la boda de tu mejor amigo. Saber dar un discurso, y conseguir que tu mensaje cale en el público es esencial. Pero más lo es aún no dejarte dominar por los nervios. Por eso hoy vamos a ver juntos cinco consejos para dar un discurso extraordinario, y no morir en el intento.
1. Mensaje sencillo.
Lo más importante cuando quieres dar un discurso es tener muy claro el mensaje que quieres transmitir. Parece una tontería, pero ¿cuántos de vosotros os vais por las ramas cuando queréis contar una historia? Pues eso es exactamente lo contrario a lo que hay que hacer cuando queremos transmitir un mensaje. Por ello, en primer lugar elimina cualquier cosa que pueda distraer la atención de tu mensaje. Eso incluye por ejemplo no comenzar con agradecimientos, o no contar anécdotas que saquen al espectador completamente del discurso.
Y por otro lado, establece claramente un comienzo, un nudo, y un final. Como si de un cuento se tratara. De lo contrario tu público no asimilará correctamente tu objetivo.
2. Siéntete cómodo.
O al menos todo lo posible dentro de que es una situación que implica salir de tu zona de confort. Este paso es muy importante para no dejar que te domine la ansiedad y los nervios. Y ahora tú te preguntarás ¿a qué te refieres exactamente con ‘siéntete cómodo’? Simplemente a que trates de ser tu mismo. No fuerces bromas, o anécdotas que jamás te saldrían de una forma natural.
No utilices tampoco un tono con el que tu público no te asocie. Si te encuentras más cómodo andando a un lado y otro del escenario, hazlo. Si te encuentras mejor lanzando preguntas al público, hazlo. Y así un largo etcétera.
3. Utiliza un buen ritmo.
No aburras a tu público. Es cierto que debes transmitir un mensaje sencillo, alejado de cualquier distracción. Igual que es importante que no hagas bromas, si no te salen de forma natural. No obstante, debes tener en cuenta que es muy fácil que tu público se aburre y te deje de prestar atención. Por ello, no eternices tu mensaje, ni seas soporífero. Haz un esfuerzo y trata de dar la mejor versión de ti.
La mejor manera de mantener a tu público interesado es comenzar con una idea fuerte, una idea sencilla, y de vez en cuando tratar de interactuar con el público.
4. Practica antes
La mejor forma de eliminar los nervios es ir sobre seguro. Si bien no es recomendable aprenderse el discurso de memoria, para no perder la naturalidad. Sí que es aconsejable que te hagas un esquema previo.
Como te hemos explicado en el punto número uno. Establece un comienzo, un nudo y un final. Ten claro qué es lo que sí o sí debes decir en cada parte, y deja un pequeño margen a la improvisación. Si te aprendes todo lo que quieres decir de memoria, es probable que caigas en un mensaje monótono y lineal. O peor aún, si te pierdes es probable que no hiles bien la continuación de tu mensaje.
Por eso lo más aconsejable es que tengas claro qué es lo más importante que quieres transmitir en cada una de las partes de tu discurso. Y practicar. Practica y practica frente al espejo. Analiza tus gestos, tu lenguaje corporal…y antes del discurso final, practica con un amigo. Y pide sinceridad. Mucha sinceridad. Conocer bien los puntos débiles de tu discurso es fundamental para que puedas reforzarlos.
5.Disfruta la experiencia
Suena a tópico, pero es cierto. Probablemente si te toca dar un discurso es porque hay alguien que ha confiado en ti. O porque tu posición en la empresa así lo requiere. Eso significa que ya estás en una posición privilegiada. Por eso simplemente disfrútalo, y trata de aprender de ello.
Salir de tu zona de confort siempre es aconsejable para poder crecer profesionalmente.