¿Sabías que la oficina es uno de los lugares donde más contribuimos al cambio climático? El uso de energía, papel, transporte y otros recursos genera una gran cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero que afectan al planeta. Por eso, es importante tomar medidas para reducir la huella de carbono en la oficina y […]
Si tienes ventanas cerca de tu puesto de trabajo, trata de usar la luz del sol en lugar de encender las lámparas artificiales. Así ahorrarás energía y mejorarás tu salud visual.
No basta con dejarlos en modo de espera, ya que siguen consumiendo energía. Lo mejor es desconectarlos por completo o usar regletas con interruptor que te permitan apagar varios dispositivos a la vez.
De esta forma, reducirás las emisiones de CO2 que produce el uso del coche y además harás ejercicio y mejorarás tu estado de ánimo. Según el estudio de Zero Empty Seats, un trayecto de 5,5 Km en metro emite 13,7 gramos de CO2 frente a los 1.061 gramos de CO2 de un trayecto en coche, una diferencia significativa que no debe pasarse por alto en la vida cotidiana.
Antes de imprimir un documento, piensa si es realmente necesario o si puedes usar medios digitales. Si tienes que imprimir, usa ambas caras del papel y elige fuentes y márgenes que ahorren espacio. También puedes reutilizar el papel usado para hacer borradores o notas.
Separa el papel, el plástico, el vidrio y otros materiales en los contenedores adecuados para facilitar su reciclaje. Así evitarás que acaben en el vertedero y contribuirás a la economía circular.
La importación de productos extranjeros, como ciertas frutas o verduras, provoca un impacto diario muy importante de 21,9 CO2/Kg. Consumir productos locales y de temporada es un regalo del cielo para tu huella de carbono, que podría reducirse en 80 kg al año.
Lo que hay en el plato es importante, pero también lo es el recipiente. Llevar un recipiente reutilizable, como un tupperware, emite menos CO2 que el cartón y, sobre todo, que los envases de plástico no reutilizables debe reducirse al mínimo.
Vivimos una época en la que utilizamos dispositivos a diario, las emisiones de carbono han aumentado un 40% en los últimos 5 años.
Ordenadores, ratones, teclados y monitores: todos estos aparatos se compran y se vuelven a comprar cada año, para regocijo de los usuarios pero no de los gases de efecto invernadero.
La tecnología evoluciona constantemente, pero los dispositivos que utilizamos no se quedan obsoletos tan rápido como pensamos. Hoy en día existen varias posibilidades para alargar la vida de nuestros aparatos.
Comprar un teléfono reacondicionado ahorra 25 Kg de gases de efecto invernadero al año, lo que supone un 87% menos de emisiones que un teléfono comprado nuevo.
